sábado, 31 de diciembre de 2011
domingo, 4 de diciembre de 2011
jueves, 24 de noviembre de 2011
domingo, 6 de noviembre de 2011
sábado, 5 de noviembre de 2011
miércoles, 2 de noviembre de 2011
jueves, 27 de octubre de 2011
martes, 18 de octubre de 2011
lunes, 17 de octubre de 2011
miércoles, 12 de octubre de 2011
Si diez años después te vuelvo a encontrar en algún lugar,
No te olvides que soy distinto de aquél, pero casi igual.
Si la casualidad nos vuelve a juntar diez años después,
Algo se va a incendiar, no voy a mostrar mi lado cortés.
Aquello fue un gran punto de partida,
Pero a la vez qué fácil se olvida.
Diez años después, ¿quién puede volver atrás?
Estamos en la tierra cuatro días
Y el cielo no me ofrece garantías.
Diez años después mejor volver a empezar…
Si tu credulidad se deterioró en algún lugar,
No te olvides que soy testigo casual de tu soledad.
Si diez años después no estamos igual, ¿qué le vas a hacer?
Otros diez años más y luego, empezar juntos otra vez.
Aquello fue una linda primavera,
Pero fue solamente la primera.
Diez años después el tiempo empieza a pesar.
Me quedan balas en la cartuchera,
Pero te guardo siempre la primera.
Diez años después mejor reír que llorar.
Una carta te di, que nunca escribí, que nadie leyó.
Hoy, diez años después, todo sigue igual, nunca te llegó.
Dentro del corazón, al día de hoy, no queda lugar.
Si perdí la razón, no fue por amor, fue por soledad.
La vida es una gran sala de espera,
La otra es una caja de madera.
Diez años después, mejor dormir que soñar.
No se puede vivir de otra manera,
Porque si no la gente no se entera.
Diez años después quién puede volver atrás.
Diez años después, mejor decir que callar.
lunes, 10 de octubre de 2011
viernes, 30 de septiembre de 2011
martes, 27 de septiembre de 2011
sábado, 24 de septiembre de 2011
viernes, 16 de septiembre de 2011
miércoles, 14 de septiembre de 2011
lunes, 12 de septiembre de 2011
miércoles, 31 de agosto de 2011
Aplastamiento de las gotas
Yo no sé, mirá, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana, se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae.
Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse.
Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Julio Cortázar
Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga, ya es una gotaza que cuelga majestuosa y de pronto zup ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol.
Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran, me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse.
Tristes gotas, redondas inocentes gotas. Adiós gotas. Adiós.
Julio Cortázar
sábado, 27 de agosto de 2011
viernes, 26 de agosto de 2011
lunes, 22 de agosto de 2011
lunes, 15 de agosto de 2011
jueves, 11 de agosto de 2011
miércoles, 3 de agosto de 2011
martes, 2 de agosto de 2011
lunes, 1 de agosto de 2011
domingo, 31 de julio de 2011
sábado, 30 de julio de 2011
"No sé si es importante, pero nunca es demasiado tarde para ser quienes queremos ser. No hay límite en el tiempo, puedes empezar cuando quieras. Puedes cambiar o seguir siendo el mismo. No hay reglas para tal cosa. Podemos aprovechar oportunidades o echar todo a perder, espero que hagas lo mejor. Espero que veas cosas que te asombren. Espero que sientas cosas que nunca sentiste antes. Espero que conozcas a gente con un punto de vista diferente. Espero que vivas una vida de la que estes orgullosa. Y si te das cuenta de que no es así... espero que tengas el valor de empezar de cero" El curioso caso de Benjamín Button
martes, 26 de julio de 2011
lunes, 25 de julio de 2011
sábado, 23 de julio de 2011
viernes, 15 de julio de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
martes, 12 de julio de 2011
viernes, 8 de julio de 2011
jueves, 7 de julio de 2011
martes, 5 de julio de 2011
domingo, 3 de julio de 2011
La vida es siempre un camino empinado y turbio, pero ante toda adversidad no hay que dejar de luchar.
Luchar y escribir. Vivir la vida. Expresar tus pensamientos y sentimientos. Regalar tardes de risas y discusiones. Criticar y cambiar lo injusto. Saldar las cuentas pendientes. Aceptar y comprender a los demás. Luchar por lo que uno cree. Confiar en sí mismo. Enorgullecerse de sus propios méritos. Ser un ejemplo para los demás. No ser perfecto, pero sí ser querido. Ser valorado por lo que uno es y hace. Tomar tus propias decisiones. Afrontar tus miedos. Luchar contra el prejuicio ajeno. Ser uno mismo. Creer y respetar tus propios principios. Amar tus creencias.
(A veces la vida nos da una segunda oportunidad, en este caso, no sé si la segunda oportunidad es para Kafka o para los demás). Felices 41 años de vida, y 87 años viviendo... de otra manera.
"Quiero señalar lo que se olvida fácilmente cuando se contempla la obra de Kafka: su pliegue de alegría del mundo y de la vida". Max Brod
Luchar y escribir. Vivir la vida. Expresar tus pensamientos y sentimientos. Regalar tardes de risas y discusiones. Criticar y cambiar lo injusto. Saldar las cuentas pendientes. Aceptar y comprender a los demás. Luchar por lo que uno cree. Confiar en sí mismo. Enorgullecerse de sus propios méritos. Ser un ejemplo para los demás. No ser perfecto, pero sí ser querido. Ser valorado por lo que uno es y hace. Tomar tus propias decisiones. Afrontar tus miedos. Luchar contra el prejuicio ajeno. Ser uno mismo. Creer y respetar tus propios principios. Amar tus creencias.
(A veces la vida nos da una segunda oportunidad, en este caso, no sé si la segunda oportunidad es para Kafka o para los demás). Felices 41 años de vida, y 87 años viviendo... de otra manera.
"Quiero señalar lo que se olvida fácilmente cuando se contempla la obra de Kafka: su pliegue de alegría del mundo y de la vida". Max Brod
jueves, 30 de junio de 2011
miércoles, 29 de junio de 2011
lunes, 27 de junio de 2011
jueves, 23 de junio de 2011
miércoles, 22 de junio de 2011
jueves, 16 de junio de 2011
miércoles, 15 de junio de 2011
Moreno, voy a decir,
Según mi saber alcanza:
El tiempo sólo es tardanza,
De lo que está por venir;
No tuvo nunca principio,
Ni jamás acabará.
Porque el tiempo es una rueda,
Y rueda es eternidá;
Y si el hombre lo divide,
Sólo lo hace, en mi sentir,
Por saber lo que ha vivido,
O le resta que vivir
José Hernandez, Martín Fierro
Según mi saber alcanza:
El tiempo sólo es tardanza,
De lo que está por venir;
No tuvo nunca principio,
Ni jamás acabará.
Porque el tiempo es una rueda,
Y rueda es eternidá;
Y si el hombre lo divide,
Sólo lo hace, en mi sentir,
Por saber lo que ha vivido,
O le resta que vivir
José Hernandez, Martín Fierro
martes, 14 de junio de 2011
viernes, 10 de junio de 2011
jueves, 9 de junio de 2011
domingo, 5 de junio de 2011
jueves, 2 de junio de 2011
What the hell is Argentina?
Never seen that in a map,
as a matter of fact, never seen a map in my life.
Lady, do you know how the tango is?
Uh, I love América, really love it,
maybe it's the place where I'll like to live someday.
Samasamasamasama some day, summer day...
Hay de todo y hay Enola gay,
Enola gay, Enola gay...
Do you know what the hell Enola gay is?
Es el avión que tiró la bomba sobre Hiroshima!!!
Disneyworld, Disneyland, por el culo te la dan
Disneyworld, Disneyland, por el culo te la dan, ahhh
Drop a bomb over BA, but do it now.
Hay que sacarse el sombrero,
¿en serio fueron a la Luna?
¿para qué fueron a la Luna?
¿Y cuantas bombas tienen capaces de hacernos mierda?
Never seen that in a map,
as a matter of fact, never seen a map in my life.
Lady, do you know how the tango is?
Uh, I love América, really love it,
maybe it's the place where I'll like to live someday.
Samasamasamasama some day, summer day...
Hay de todo y hay Enola gay,
Enola gay, Enola gay...
Do you know what the hell Enola gay is?
Es el avión que tiró la bomba sobre Hiroshima!!!
Disneyworld, Disneyland, por el culo te la dan
Disneyworld, Disneyland, por el culo te la dan, ahhh
Drop a bomb over BA, but do it now.
Hay que sacarse el sombrero,
¿en serio fueron a la Luna?
¿para qué fueron a la Luna?
¿Y cuantas bombas tienen capaces de hacernos mierda?
miércoles, 1 de junio de 2011
Pequeñas partes de nosotros se van congelando en el pasado. Son como réplicas exactas que día tras día reviven ese momento buscando cambiar algo, remendar nuestro error. Pero sólo se ven atrapadas en una historia que se repite una y otra vez, condenados al recuerdo.
¿Y qué nos queda hacer a nosotros con esas ataduras? Nos queda superarlas, liberarnos.
¿Y qué nos queda hacer a nosotros con esas ataduras? Nos queda superarlas, liberarnos.
lunes, 30 de mayo de 2011
domingo, 29 de mayo de 2011
jueves, 26 de mayo de 2011
"Pensamiento recurrente"
Guste o no, todos tenemos una rutina. No sabría si calificar a las rutinas como "buenas o malas".
Además, me parece medio tonto hacerlo. A veces nos preocupamos más por la etiqueta, el nombre que le ponemos, que por lo que realmente significa eso para nosotros.
Yo tengo una rutina (que tampoco sé si es buena o mala, quizá tenga un poco de ambas). Pero cuidado, hay que aclarar algo, "rutina" significa "costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas", entonces, mi rutina, que tampoco es rutina, podríamos decir que se llama "pensamiento recurrente", pero como dije antes, no importa mucho el nombre.
Este “pensamiento recurrente” ataca sin previo aviso, sin importar el lugar ni la hora. No le interesa tampoco el clima ni mi humor.
Tampoco le interesa si tengo que escribir cuarenta y tres renglones sobre las consecuencias de los regímenes totalitarios a mitad del siglo XX o si en cinco horas con 51 minutos tengo que despertarme (aunque claramente para eso, primero tengo que dormirme).
Otro aspecto que caracteriza a este “pensamiento recurrente” es que tiene nombre y apellido (bah, más bien “nombreS y apellidoS”). Pero para eso, habría que analizar que nombre iría primero, cual segundo, y que el tercero quede bien con el cuarto, pero ojo, también el último debería quedar bien con el primer apellido, que a la vez, debe quedar bien con el que le sigue y así sucesivamente… Este nombre claramente le quedaría bien, porque sería tan enroscado como el pensamiento en sí.
De este pensamiento en sí, poco saben y mucho suponen (y no sé hasta qué punto entienden). Es que aunque crean que no tiene sentido adonde apunto con esto, éstas son las ideas de mi cabeza, organizadas… Si, organizadas.
Esto pareciera demostrar que ni yo misma me entiendo. Eso es mitad cierto, y mitad no.
A veces (no sé porqué), el “pensamiento recurrente” refleja ideas positivas, alegres e intenta justificarse en experiencias pasadas o ajenas. Intenta inspirarme confianza, me alienta. Pero a veces (tampoco sé porqué), olvida esas ideas y me muestra un mundo totalmente antagónico.
Entonces es una lucha constante, mi pensamiento juega a la ruleta rusa, y yo le redoblo la apuesta: intento autoconvencerme de que las cosas son realmente así, pero de un momento para el otro, contrapongo excusas, pretextos y me retracto. Es constantemente lo mismo.
Todo parece tan confuso y enroscado, pero a la vez es tan “fácil y sencillo”, más o menos expresado en una idea sería que… me aterra no ser más parte de sus vidas y que Uds. no lo sean de la mía.
Ese es mi “pensamiento recurrente” y eso es lo que ataca mi mente todos los días. Es una idea que no puedo borrar por completo, es un miedo constante.
Me hace feliz ser parte de sus vidas (en mayor o en menor medida), el haberles marcado aunque sea una pequeñísima parte de lo que son. El haberles dado un abrazo o un consejo cuando lo necesitaban, y el haber reído juntos.
Uds. marcaron y formaron lo que soy yo como persona. Son responsables de las piezas que forman parte de mí (es más, Uds. son esas piezas). Me abrieron las puertas a mundos que no conocía y me permitieron conocer personalidades de lo más distintas. Personalidades (y personas) hermosas, por dentro y por fuera.
Si les digo que los quiero, sepan que se los digo de todo corazón. Como así también cuando les digo: “sos mi hermana”, “sos mi mejor amiga”, “sos mi mejor amigo”, “gracias”, “perdón”, “te extraño”…
Puedo escribir tres, diez o quince hojas, que siempre voy a sentir que me falta algo por decirles. Dicen que a veces las palabras están de más, pero esta vez, están de menos…
Hoy forman parte de mi vida, y estoy más que feliz y agradecida de que así sea. Y aunque suene tonto, me encantaría que a las personas que mis hijos llamen “tíos” sean a Uds. Me gustaría sentir que los años pasaron, pero nos dieron a cambio millones de nuevas anécdotas de las cuales reírnos por muchos años.
Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias.
Nunca voy a poder devolverles todo lo que hicieron y hacen por mí, pero espero que entiendan un poquito, porque tengo ese miedo dando vuelta en mi mente: no quiero ser estar incompleta por el resto de mi vida.
Además, me parece medio tonto hacerlo. A veces nos preocupamos más por la etiqueta, el nombre que le ponemos, que por lo que realmente significa eso para nosotros.
Yo tengo una rutina (que tampoco sé si es buena o mala, quizá tenga un poco de ambas). Pero cuidado, hay que aclarar algo, "rutina" significa "costumbre inveterada, hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y sin razonarlas", entonces, mi rutina, que tampoco es rutina, podríamos decir que se llama "pensamiento recurrente", pero como dije antes, no importa mucho el nombre.
Este “pensamiento recurrente” ataca sin previo aviso, sin importar el lugar ni la hora. No le interesa tampoco el clima ni mi humor.
Tampoco le interesa si tengo que escribir cuarenta y tres renglones sobre las consecuencias de los regímenes totalitarios a mitad del siglo XX o si en cinco horas con 51 minutos tengo que despertarme (aunque claramente para eso, primero tengo que dormirme).
Otro aspecto que caracteriza a este “pensamiento recurrente” es que tiene nombre y apellido (bah, más bien “nombreS y apellidoS”). Pero para eso, habría que analizar que nombre iría primero, cual segundo, y que el tercero quede bien con el cuarto, pero ojo, también el último debería quedar bien con el primer apellido, que a la vez, debe quedar bien con el que le sigue y así sucesivamente… Este nombre claramente le quedaría bien, porque sería tan enroscado como el pensamiento en sí.
De este pensamiento en sí, poco saben y mucho suponen (y no sé hasta qué punto entienden). Es que aunque crean que no tiene sentido adonde apunto con esto, éstas son las ideas de mi cabeza, organizadas… Si, organizadas.
Esto pareciera demostrar que ni yo misma me entiendo. Eso es mitad cierto, y mitad no.
A veces (no sé porqué), el “pensamiento recurrente” refleja ideas positivas, alegres e intenta justificarse en experiencias pasadas o ajenas. Intenta inspirarme confianza, me alienta. Pero a veces (tampoco sé porqué), olvida esas ideas y me muestra un mundo totalmente antagónico.
Entonces es una lucha constante, mi pensamiento juega a la ruleta rusa, y yo le redoblo la apuesta: intento autoconvencerme de que las cosas son realmente así, pero de un momento para el otro, contrapongo excusas, pretextos y me retracto. Es constantemente lo mismo.
Todo parece tan confuso y enroscado, pero a la vez es tan “fácil y sencillo”, más o menos expresado en una idea sería que… me aterra no ser más parte de sus vidas y que Uds. no lo sean de la mía.
Ese es mi “pensamiento recurrente” y eso es lo que ataca mi mente todos los días. Es una idea que no puedo borrar por completo, es un miedo constante.
Me hace feliz ser parte de sus vidas (en mayor o en menor medida), el haberles marcado aunque sea una pequeñísima parte de lo que son. El haberles dado un abrazo o un consejo cuando lo necesitaban, y el haber reído juntos.
Uds. marcaron y formaron lo que soy yo como persona. Son responsables de las piezas que forman parte de mí (es más, Uds. son esas piezas). Me abrieron las puertas a mundos que no conocía y me permitieron conocer personalidades de lo más distintas. Personalidades (y personas) hermosas, por dentro y por fuera.
Si les digo que los quiero, sepan que se los digo de todo corazón. Como así también cuando les digo: “sos mi hermana”, “sos mi mejor amiga”, “sos mi mejor amigo”, “gracias”, “perdón”, “te extraño”…
Puedo escribir tres, diez o quince hojas, que siempre voy a sentir que me falta algo por decirles. Dicen que a veces las palabras están de más, pero esta vez, están de menos…
Hoy forman parte de mi vida, y estoy más que feliz y agradecida de que así sea. Y aunque suene tonto, me encantaría que a las personas que mis hijos llamen “tíos” sean a Uds. Me gustaría sentir que los años pasaron, pero nos dieron a cambio millones de nuevas anécdotas de las cuales reírnos por muchos años.
Gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias, gracias.
Nunca voy a poder devolverles todo lo que hicieron y hacen por mí, pero espero que entiendan un poquito, porque tengo ese miedo dando vuelta en mi mente: no quiero ser estar incompleta por el resto de mi vida.
martes, 24 de mayo de 2011
lunes, 23 de mayo de 2011
domingo, 22 de mayo de 2011
viernes, 20 de mayo de 2011
miércoles, 18 de mayo de 2011
lunes, 16 de mayo de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
Los actores son, generalmente, gente dichosa. Pueden elegir, para representar, la tragedia o la comedia, el dolor o la diversión; pueden escoger entre hacer reír o hacer llorar. Pero en la vida real es muy distinto. Infinidad de hombres y mujeres se ven obligados a representar papeles para los cuales no estaban designados. Nuestros Guildenstrens hacen de Hamlets y nuestros Hamlets intentan bromear como el príncipe Hal. El mundo es un escenario, pero la obra tiene un reparto deplorable. (Oscar Wilde)
lunes, 9 de mayo de 2011
jueves, 5 de mayo de 2011
domingo, 1 de mayo de 2011
-¿Quiere venir conmigo o no?
Y le golpeó en el pecho intencionadamente o guiada por su excitación, de tal forma que él se habría precipitado por la ventana si, inclinándose, no hubiese logrado tocar el suelo con los pies desde el alféizar en el último momento.
-He estado a punto de caerme -dijo con un tono de reproche.
-Es una pena que no haya sucedido así. ¿Por qué es usted tan descortés? Le voy a tirar abajo.
Y, ciertamente, le rodeó con los brazos y, con la fuerza de su cuerpo endurecido por el deporte, llevó a Karl, que sorprendido olvidó ofrecer resistencia, casi hasta la ventana. Pero allí se recuperó, se desprendió de ella con un giro de la cadera y ahora fue él quien la rodeó con los brazos.
-¡Ay!, me hace daño -dijo ella enseguida. Pero entonces Karl creyó que ya no debía volver a soltarla. Le dejó algo de libertad, que diese los pasos que quisiera, pero la siguió y no la soltó. También era tan fácil rodearla con los brazos en ese vestido tan ajustado.
-Déjeme -susurró ella, con su rostro sofocado junto al de Karl; él tenía que esforzarse por mirarla, tan cerca estaba de él-. Déjeme, le daré algo bonito.
«¿Por qué suspira así? -pensó Karl-, no le puede hacer daño, no la aprieto nada»; y siguió sin soltarla. Pero de repente, después de un instante de pasividad silenciosa y de distracción, volvió a sentir la fuerza que se despertaba en su cuerpo y ella ya se le había escapado de las manos; Klara le sujetó por el tronco de una forma muy efectiva, inmovilizó sus piernas con los pies aplicando una técnica de lucha desconocida y le fue desplazando, tomando aliento con espléndida regularidad, hasta la pared. Allí había un sofá, sobre el que cayó Karl, y le dijo sin inclinarse demasiado hacia él: Ahora muévete si puedes.
América, Franz Kafka
Y le golpeó en el pecho intencionadamente o guiada por su excitación, de tal forma que él se habría precipitado por la ventana si, inclinándose, no hubiese logrado tocar el suelo con los pies desde el alféizar en el último momento.
-He estado a punto de caerme -dijo con un tono de reproche.
-Es una pena que no haya sucedido así. ¿Por qué es usted tan descortés? Le voy a tirar abajo.
Y, ciertamente, le rodeó con los brazos y, con la fuerza de su cuerpo endurecido por el deporte, llevó a Karl, que sorprendido olvidó ofrecer resistencia, casi hasta la ventana. Pero allí se recuperó, se desprendió de ella con un giro de la cadera y ahora fue él quien la rodeó con los brazos.
-¡Ay!, me hace daño -dijo ella enseguida. Pero entonces Karl creyó que ya no debía volver a soltarla. Le dejó algo de libertad, que diese los pasos que quisiera, pero la siguió y no la soltó. También era tan fácil rodearla con los brazos en ese vestido tan ajustado.
-Déjeme -susurró ella, con su rostro sofocado junto al de Karl; él tenía que esforzarse por mirarla, tan cerca estaba de él-. Déjeme, le daré algo bonito.
«¿Por qué suspira así? -pensó Karl-, no le puede hacer daño, no la aprieto nada»; y siguió sin soltarla. Pero de repente, después de un instante de pasividad silenciosa y de distracción, volvió a sentir la fuerza que se despertaba en su cuerpo y ella ya se le había escapado de las manos; Klara le sujetó por el tronco de una forma muy efectiva, inmovilizó sus piernas con los pies aplicando una técnica de lucha desconocida y le fue desplazando, tomando aliento con espléndida regularidad, hasta la pared. Allí había un sofá, sobre el que cayó Karl, y le dijo sin inclinarse demasiado hacia él: Ahora muévete si puedes.
América, Franz Kafka
viernes, 29 de abril de 2011
Las piezas de este rompecabezas se van encajando una por una de tal manera que cada acción, tiene una consecuencia. A la vez, esa consecuencia genera otra y así, sucesivamente... Es un ciclo, una cadena con un principio casi incognoscible y un final indescifrable. Es sorprendente como son las vueltas de la vida: quizás un mínimo detalle (un segundo, una nube, un reloj, un papel) termina poniendo delante nuestro lo que realmente necesitamos
martes, 19 de abril de 2011
"...Digamos que loco es aquel que hace las cosas de la misma manera, una y otra vez, y que en cada intento cree o piensa que al final de su conducta o acción, obtendrá lo que espera, recibiendo con desilusión prácticamente el mismo resultado de siempre."
Entonces solo nos queda hacer totalmente lo contrario a lo que nosotros creemos o pensamos y... quizás las cosas (finalmente y por una buena vez), no salgan como nosotros queremos. O quizás es eso lo que realmente buscamos, lo que realmente queremos y todavía no nos dimos cuenta.
Entonces solo nos queda hacer totalmente lo contrario a lo que nosotros creemos o pensamos y... quizás las cosas (finalmente y por una buena vez), no salgan como nosotros queremos. O quizás es eso lo que realmente buscamos, lo que realmente queremos y todavía no nos dimos cuenta.
viernes, 15 de abril de 2011
martes, 12 de abril de 2011
domingo, 10 de abril de 2011
miércoles, 6 de abril de 2011
martes, 5 de abril de 2011
domingo, 3 de abril de 2011
miércoles, 23 de marzo de 2011
domingo, 20 de marzo de 2011
sábado, 19 de marzo de 2011
lunes, 14 de marzo de 2011
El calor del fogón era una de las sensaciones más confortables que había sentido desde hace tres meses. Imposible era olvidar aquellos rostros del pasado, ni siquiera el huir de la ciudad lograba apaciguar esas voces en mi cabeza. No recordaba si esas voces siempre habían estado ahí o si acaso habían aparecido luego de aquella noche.
Las llamas se movían al compás del viento al igual que las copas de los árboles, ese movimiento me sumergía en un trance indescifrable. Lentamente mi cuerpo se hundía en la hierba cada vez más.
Sin saber si era efecto del alcohol o la inmensidad de la noche, la imagen de una mujer apareció entre las llamas.
Era joven, tímida, de ojos grandes y pelo negro. Su piel era suave y delicada, fina y blanca. Vestía solo unos harapos, unas telas que envolvían su hombro y bajaban hasta sus rodillas, y el color era difícil de definir, las cenizas le daban un tono grisáceo y envejecido.
Durante unos minutos no pude apartar mis ojos de su cuerpo aunque ella tampoco dejaba de observarme. Lentamente comenzó a apartarse de las llamas y caminó hacia mí. La joven comenzó a acariciar mi pelo y mi rostro.
Se detuvo en mis labios unos segundos. Apoyé mi mano sobre la suya y delicadamente recorrí todo mi rostro, comencé a bajar por el cuello y al llegar al pecho ya no necesitó que mi mano la guiara.
Su mano siguió deslizándose, al principio de manera tímida aunque después se dejó llevar por la profundidad de la noche y los ruidos de la leña calentándose. Sumergido en su cuerpo me dejé llevar.
Nuestros cuerpos rozándose, revolcándose por el suelo húmedo del bosque y las estrellas infinitas en el cielo eran el escenario más impresionante.
Las brasas seguían ardiendo como hacia horas, hasta me atrevo a decir que crecían y se apaciguaban al ritmo de nuestros cuerpos desnudos. Interminable era el ir y venir de su cuerpo sobre el mío, su pelo sobre mi rostro y sus manos envolviendo mi cuello, mientras me insinuaban que continúe…
Finalmente no se escuchó más nada, ni el latir de su corazón a un ritmo acelerado, ni el vibrar de las hojas. Ya no escuché su respiración en mi oído ni el roce de sus labios. El bosque se inundó de silencio y suavemente la llama se apagó.
A la mañana siguiente encontraron mi cuerpo inmóvil e incinerado junto a las brasas tibias.
Las llamas se movían al compás del viento al igual que las copas de los árboles, ese movimiento me sumergía en un trance indescifrable. Lentamente mi cuerpo se hundía en la hierba cada vez más.
Sin saber si era efecto del alcohol o la inmensidad de la noche, la imagen de una mujer apareció entre las llamas.
Era joven, tímida, de ojos grandes y pelo negro. Su piel era suave y delicada, fina y blanca. Vestía solo unos harapos, unas telas que envolvían su hombro y bajaban hasta sus rodillas, y el color era difícil de definir, las cenizas le daban un tono grisáceo y envejecido.
Durante unos minutos no pude apartar mis ojos de su cuerpo aunque ella tampoco dejaba de observarme. Lentamente comenzó a apartarse de las llamas y caminó hacia mí. La joven comenzó a acariciar mi pelo y mi rostro.
Se detuvo en mis labios unos segundos. Apoyé mi mano sobre la suya y delicadamente recorrí todo mi rostro, comencé a bajar por el cuello y al llegar al pecho ya no necesitó que mi mano la guiara.
Su mano siguió deslizándose, al principio de manera tímida aunque después se dejó llevar por la profundidad de la noche y los ruidos de la leña calentándose. Sumergido en su cuerpo me dejé llevar.
Nuestros cuerpos rozándose, revolcándose por el suelo húmedo del bosque y las estrellas infinitas en el cielo eran el escenario más impresionante.
Las brasas seguían ardiendo como hacia horas, hasta me atrevo a decir que crecían y se apaciguaban al ritmo de nuestros cuerpos desnudos. Interminable era el ir y venir de su cuerpo sobre el mío, su pelo sobre mi rostro y sus manos envolviendo mi cuello, mientras me insinuaban que continúe…
Finalmente no se escuchó más nada, ni el latir de su corazón a un ritmo acelerado, ni el vibrar de las hojas. Ya no escuché su respiración en mi oído ni el roce de sus labios. El bosque se inundó de silencio y suavemente la llama se apagó.
A la mañana siguiente encontraron mi cuerpo inmóvil e incinerado junto a las brasas tibias.
domingo, 13 de marzo de 2011
martes, 8 de marzo de 2011
Nunca he declarado la guerra a los hombres; no declaro la guerra a nadie, cambio la vida: soy feminista. No soy ni amargada ni insatisfecha: me gusta el humor, la risa, pero sé también compartir los duelos de las miles de mujeres víctimas de violencia: soy feminista. Me gusta con locura la libertad más no el libertinaje: soy feminista. No soy pro-abortista, soy pro-opción porque conozco a las mujeres y creo en su enorme responsabilidad: soy feminista. No soy lesbiana, y si lo fuera ¿cuál sería el problema? Soy feminista. Sí, soy feminista porque no quiero morir indignada. Soy feminista y defenderé hasta donde puedo hacerlo a las mujeres, a su derecho a una vida libre de violencias. Soy feminista porque creo que hoy día el feminismo representa uno de los últimos humanismos en esta tierra desolada y porque he apostado a un mundo mixto hecho de hombres y mujeres que no tienen la misma manera de habitar el mundo, de interpretarlo y de actuar sobre él. Soy feminista porque me gusta provocar debates desde donde puedo hacerlo. Soy feminista para mover ideas y poner a circular conceptos; para reconstruir viejos discursos y narrativas, para desmontar mitos y estereotipos, derrumbar roles prescritos e imaginarios prestados. Soy feminista para defender también a los sujetos inesperados y su reconocimiento como sujetos de derecho, para gays, lesbianas y transgeneristas, para ancianos y ancianas, para niños y niñas, para indígenas y afrodescendientes y para todas las mujeres que no quieren parir un solo hijo más para la guerra.
Soy feminista y escribo para las mujeres que no tienen voces, para todas las mujeres, desde sus incontestables semejanzas y sus evidentes diferencias. Soy feminista porque el feminismo es un movimiento que me permite pensar también en nuestras hermanas afganas, ruandesas, croatas, iraníes, que me permite pensar en las niñas africanas cuyo clítoris ha sido extirpado, en todas las mujeres que son obligadas a cubrirse de velos, en todas las mujeres del mundo maltratadas, víctimas de abusos, violadas y en todas las que han pagado con su vida esta peste mundial llamada misoginia. Sí, soy feminista para que podamos oír otras voces, para aprender a escribir el guión humano desde la complejidad, la diversidad y la pluralidad. Soy feminista para mover la razón e impedir que se fosilice en un discurso estéril al amor.
Soy feminista para reconciliar razón y emoción y participar humildemente en la construcción de sujetos sentipensantes como los llama Eduardo Galeano. Soy feminista y defiendo una epistemología que acepte la complejidad, las ambigüedades, las incertidumbres y la sospecha. Sé hoy que no existe verdad única, Historia con H mayúscula, ni Sujeto universal. Existen verdades, relatos y contingencias; existen, al lado de la historia oficial tradicionalmente escrita por los hombres, historias no oficiales, historias de las vidas privadas, historias de vida que nos enseñan tanto sobre la otra cara del mundo, tal vez su cara más humana. En fin soy feminista tratando de atravesar críticamente una moral patriarcal de las exclusiones, de los exilios, de las orfandades y de las guerras, una moral que nos gobierna desde hace siglos. Trato de ser feminista en el contexto de una modernidad que cumple por fin sus promesas para todos y todas. Como dice Gilles Deleuze ’siempre se escribe para dar vida, para liberarla cuando se encuentra prisionera, para trazar líneas de huida’. Sí, trato de trazar para las mujeres de este país líneas de huida que pasen por la utopía. Porque creo que un día existirá en el mundo entero un lugar para las mujeres, para sus palabras, sus voces, sus reivindicaciones, sus desequilibrios, sus desórdenes, sus afirmaciones en cuanto seres equivalentes políticamente a los hombres y diferentes existencialmente. Un día, no muy lejano, espero, dejaremos de atraer e inquietar a los hombres; dejaremos de escindirnos en madres o putas, en Marías o Evas, imágenes que alimentaron durante siglos los imaginarios patriarcales; habremos aprendido a realizar alianzas entre lo que representa María y lo que significa Eva. Habremos aprendido a ser mujeres, simplemente mujeres. Ni santas, ni brujas; ni putas, ni vírgenes; ni sumisas, ni histéricas, sino mujeres, resignificando ese concepto, llenándolo de múltiples contenidos capaces de reflejar novedosas prácticas de sí que nuestra revolución nos entregó; mujeres que no necesiten más ni amos, ni maridos, sino nuevos compañeros dispuestos a intentar reconciliarse con ellas desde el reconocimiento imprescindible de la soledad y la necesidad imperiosa del amor. Por esto repito tantas veces que ser mujer hoy es romper con los viejos modelos esperados para nosotras, es no reconocerse en lo ya pensado para nosotras, es extraviarse como lo expresaba tan bellamente esta feminista italiana Alessandra Bocchetti. Sí, no reconocerse en lo ya pensado para nosotras. Por esto soy una extraviada, soy feminista. Y lo soy con el derecho también a equivocarme.
Florence Thomas
Soy feminista y escribo para las mujeres que no tienen voces, para todas las mujeres, desde sus incontestables semejanzas y sus evidentes diferencias. Soy feminista porque el feminismo es un movimiento que me permite pensar también en nuestras hermanas afganas, ruandesas, croatas, iraníes, que me permite pensar en las niñas africanas cuyo clítoris ha sido extirpado, en todas las mujeres que son obligadas a cubrirse de velos, en todas las mujeres del mundo maltratadas, víctimas de abusos, violadas y en todas las que han pagado con su vida esta peste mundial llamada misoginia. Sí, soy feminista para que podamos oír otras voces, para aprender a escribir el guión humano desde la complejidad, la diversidad y la pluralidad. Soy feminista para mover la razón e impedir que se fosilice en un discurso estéril al amor.
Soy feminista para reconciliar razón y emoción y participar humildemente en la construcción de sujetos sentipensantes como los llama Eduardo Galeano. Soy feminista y defiendo una epistemología que acepte la complejidad, las ambigüedades, las incertidumbres y la sospecha. Sé hoy que no existe verdad única, Historia con H mayúscula, ni Sujeto universal. Existen verdades, relatos y contingencias; existen, al lado de la historia oficial tradicionalmente escrita por los hombres, historias no oficiales, historias de las vidas privadas, historias de vida que nos enseñan tanto sobre la otra cara del mundo, tal vez su cara más humana. En fin soy feminista tratando de atravesar críticamente una moral patriarcal de las exclusiones, de los exilios, de las orfandades y de las guerras, una moral que nos gobierna desde hace siglos. Trato de ser feminista en el contexto de una modernidad que cumple por fin sus promesas para todos y todas. Como dice Gilles Deleuze ’siempre se escribe para dar vida, para liberarla cuando se encuentra prisionera, para trazar líneas de huida’. Sí, trato de trazar para las mujeres de este país líneas de huida que pasen por la utopía. Porque creo que un día existirá en el mundo entero un lugar para las mujeres, para sus palabras, sus voces, sus reivindicaciones, sus desequilibrios, sus desórdenes, sus afirmaciones en cuanto seres equivalentes políticamente a los hombres y diferentes existencialmente. Un día, no muy lejano, espero, dejaremos de atraer e inquietar a los hombres; dejaremos de escindirnos en madres o putas, en Marías o Evas, imágenes que alimentaron durante siglos los imaginarios patriarcales; habremos aprendido a realizar alianzas entre lo que representa María y lo que significa Eva. Habremos aprendido a ser mujeres, simplemente mujeres. Ni santas, ni brujas; ni putas, ni vírgenes; ni sumisas, ni histéricas, sino mujeres, resignificando ese concepto, llenándolo de múltiples contenidos capaces de reflejar novedosas prácticas de sí que nuestra revolución nos entregó; mujeres que no necesiten más ni amos, ni maridos, sino nuevos compañeros dispuestos a intentar reconciliarse con ellas desde el reconocimiento imprescindible de la soledad y la necesidad imperiosa del amor. Por esto repito tantas veces que ser mujer hoy es romper con los viejos modelos esperados para nosotras, es no reconocerse en lo ya pensado para nosotras, es extraviarse como lo expresaba tan bellamente esta feminista italiana Alessandra Bocchetti. Sí, no reconocerse en lo ya pensado para nosotras. Por esto soy una extraviada, soy feminista. Y lo soy con el derecho también a equivocarme.
Florence Thomas
domingo, 6 de marzo de 2011
sábado, 5 de marzo de 2011
viernes, 25 de febrero de 2011
Afortunadamente, los casos extremos como ella no aparecen a menudo. Sabemos cómo eliminarlos en embrión. No se puede construir una casa sin clavos en la madera. Si no quieres que un hombre se sienta políticamente desgraciado, no le enseñes dos aspectos de una misma cuestión, para preocuparle; enséñale sólo uno o, mejor aún, no le des ninguno. Haz que olvide que existe una cosa llamada guerra. Si el Gobierno es poco eficiente, excesivamente intelectual o aficionado a aumentar los impuestos, mejor es que sea todo eso que no que la gente se preocupe por ello. Tranquilidad, Montag.
Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Lowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs, las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas, helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no importa. Prefiero un entretenimiento completo.
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
Dale a la gente concursos que puedan ganar recordando la letra de las canciones más populares, o los nombres de las capitales de Estado, o cuánto maíz produjo Lowa el año pasado. Atibórralos de datos no combustibles, lánzales encima tantos «hechos» que se sientan abrumados, pero totalmente al día en cuanto a información. Entonces, tendrán la sensación de que piensan, tendrán la impresión de que se mueven sin moverse. Y serán felices, porque los hechos de esta naturaleza no cambian. No les des ninguna materia delicada como Filosofía o Sociología para que empiecen a atar cabos. Por ese camino se encuentra la melancolía. Cualquier hombre que pueda desmontar un mural de televisión y volver a armarlo luego, y, en la actualidad, la mayoría de los hombres pueden hacerlo, es más feliz que cualquier otro que trata de medir, calibrar y sopesar el Universo, que no puede ser medido ni sopesado sin que un hombre se sienta bestial y solitario. Lo sé, lo he intentado ¡Al diablo con ello! Así, pues, adelante con los clubs, las fiestas, los acróbatas y los prestidigitadores, los coches a reacción, las bicicletas, helicópteros, el sexo y las drogas, más de todo lo que esté relacionado con reflejos automáticos. Si el drama es malo, si la película no dice nada, si la comedia carece de sentido, dame una inyección de teramina. Me parecerá que reacciono con la obra cuando sólo se trata de una reacción táctil a las vibraciones. Pero no importa. Prefiero un entretenimiento completo.
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
jueves, 24 de febrero de 2011
martes, 22 de febrero de 2011
lunes, 21 de febrero de 2011
sábado, 19 de febrero de 2011
jueves, 17 de febrero de 2011
lunes, 14 de febrero de 2011
jueves, 10 de febrero de 2011
Todos se dejan la barba y el pelo como él,
pero no son como él.
Todos declaran y hablan en nombre de él,
como si fueran él.
Yo me pregunto que estará pensando él,
si pudiera ver.
Cómo se llenan de plata hablando de él,
sin saber nada de él.
Todos se compran la remerita del Che... sin saber quien fue.
Su nombre y su cara no paran de vender.
Yo me pregunto por qué le tocó a él,
ser Jesucristo al final del milenio.
Vuelve y vuelve mil veces al que matan así,
¿O es qué al final nunca muere el que no teme morir?
pero no son como él.
Todos declaran y hablan en nombre de él,
como si fueran él.
Yo me pregunto que estará pensando él,
si pudiera ver.
Cómo se llenan de plata hablando de él,
sin saber nada de él.
Todos se compran la remerita del Che... sin saber quien fue.
Su nombre y su cara no paran de vender.
Yo me pregunto por qué le tocó a él,
ser Jesucristo al final del milenio.
Vuelve y vuelve mil veces al que matan así,
¿O es qué al final nunca muere el que no teme morir?
martes, 8 de febrero de 2011
Gran hermano, parte 2
Ahora explíquenme por favor como el mismo día de haberse iniciado el programa (o en su excepción, al otro día), esas personas ya tenían fans. ¿Fans? Por favor, ¿fanático de qué sos?
Yo me pregunto: ¿Qué admirás de esa persona? ¿Qué te entusiasma ciegamente? ¿Por qué lo hace tan especial aparecer en la televisión? ¿Por qué es tan importante la fama? Muchas de esas preguntas no se responden porque nadie se las plantea. No se toman el tiempo ni el esfuerzo de analizar qué están viendo.
El único y absoluto fin de este programa de televisión es que la gente ciegamente consuma, se fanatice de algo que uno mismo posee.
Nos hacen desidentificarnos. Nos hacen creer que somos distintos al que está en la televisión… porque claro, está en la televisión. Nos hacen querer estar ahí y que el mundo nos conozca, y así… ¿Ser mejores? ¿Más importantes? ¿Qué es lo que nos da a cambio la fama y el “reconocimiento” público?
Ese es uno de los ejemplos más claros de lo que genera este nuevo programa de consumo masivo y popular. La gente absorbe todo lo que el programa les brinda. Se paraliza… se aliena.
Así perdemos nuestra capacidad de razonamiento, de crítica. Tienen la capacidad de transmitir la información de manera que tal como la envían, la gente así la recibe.
Nos empapan de información: nos dicen qué ver, qué consumir, qué criticar y qué apoyar. Hasta controlan nuestros sueños, nuestras aspiraciones, nuestras metas…
Y así es: “Los bolsillos de unos se llenan mientras que las mentes de otros se vacían.”
Es un negocio millonario, mirá vos sino. Pero no es la primera vez que la manipulación de masas enriquece. Que sutileza, ¿no? “Someten al ignorante y al educado”.
Yo me pregunto: ¿Qué admirás de esa persona? ¿Qué te entusiasma ciegamente? ¿Por qué lo hace tan especial aparecer en la televisión? ¿Por qué es tan importante la fama? Muchas de esas preguntas no se responden porque nadie se las plantea. No se toman el tiempo ni el esfuerzo de analizar qué están viendo.
El único y absoluto fin de este programa de televisión es que la gente ciegamente consuma, se fanatice de algo que uno mismo posee.
Nos hacen desidentificarnos. Nos hacen creer que somos distintos al que está en la televisión… porque claro, está en la televisión. Nos hacen querer estar ahí y que el mundo nos conozca, y así… ¿Ser mejores? ¿Más importantes? ¿Qué es lo que nos da a cambio la fama y el “reconocimiento” público?
Ese es uno de los ejemplos más claros de lo que genera este nuevo programa de consumo masivo y popular. La gente absorbe todo lo que el programa les brinda. Se paraliza… se aliena.
Así perdemos nuestra capacidad de razonamiento, de crítica. Tienen la capacidad de transmitir la información de manera que tal como la envían, la gente así la recibe.
Nos empapan de información: nos dicen qué ver, qué consumir, qué criticar y qué apoyar. Hasta controlan nuestros sueños, nuestras aspiraciones, nuestras metas…
Y así es: “Los bolsillos de unos se llenan mientras que las mentes de otros se vacían.”
Es un negocio millonario, mirá vos sino. Pero no es la primera vez que la manipulación de masas enriquece. Que sutileza, ¿no? “Someten al ignorante y al educado”.
Gran hermano, parte 1
Ahora la sociedad se ve paralizada no por una crisis económica ni la Tercera Guerra mundial, no por una catástrofe natural ni un nuevo genocidio; no se ha paralizado por la tala indiscriminada de árboles o el avance de los mares ni por distintas advertencias de carácter religioso sobre el fin del mundo. Simplemente se ha paralizado por haberse convertido en realidad sus deseos.
Se sumergen en un rol de espectadores a tal punto que cada vez que la ocasión y el contexto lo permita espontáneamente surge el tema: "¿Y viste la pelea del sábado? Si, se lo merecían.", "No quiero que se vaya, me cae bien.", "Mañana a la noche es la nominación, no me lo pierdo por nada del mundo".
Y es constante que el tema resurja a lo largo del día entre 3 y 10 veces, por ahí comentándolo con otras personas a ver qué nuevo aporte pueden hacer a las conjeturas que ya tienen.
Se creen Dios: omnipotentes, omnipresentes, omnicientes. Y les encanta.
La capacidad de todo poder, todo ver, todo escuchar, todo saber, de todo decidir.
Todo eso conlleva a desperdiciar horas de su vida prediciendo cada moviendo, especulando cada jugada de 20 personas que son prácticamente como cualquiera de nosotros, con las mismas capacidades, los mismos gustos, las mismas diferencias, las mismas opiniones y los mismos problemas.
Ah no, pero claro, ellos son diferentes, por supuesto, están encerrados en una casa.
Se sumergen en un rol de espectadores a tal punto que cada vez que la ocasión y el contexto lo permita espontáneamente surge el tema: "¿Y viste la pelea del sábado? Si, se lo merecían.", "No quiero que se vaya, me cae bien.", "Mañana a la noche es la nominación, no me lo pierdo por nada del mundo".
Y es constante que el tema resurja a lo largo del día entre 3 y 10 veces, por ahí comentándolo con otras personas a ver qué nuevo aporte pueden hacer a las conjeturas que ya tienen.
Se creen Dios: omnipotentes, omnipresentes, omnicientes. Y les encanta.
La capacidad de todo poder, todo ver, todo escuchar, todo saber, de todo decidir.
Todo eso conlleva a desperdiciar horas de su vida prediciendo cada moviendo, especulando cada jugada de 20 personas que son prácticamente como cualquiera de nosotros, con las mismas capacidades, los mismos gustos, las mismas diferencias, las mismas opiniones y los mismos problemas.
Ah no, pero claro, ellos son diferentes, por supuesto, están encerrados en una casa.
lunes, 7 de febrero de 2011
sábado, 5 de febrero de 2011
Alegoría de una caída
Y es ese el miedo de caer de vuelta en el mismo pozo, pero ¿a qué se debe el miedo? Si ya saliste una vez de él, ya conocés el camino.
Pero el problema no es salir del pozo, el problema es la caída, es el impacto.
Para caer en un pozo sólo hace falta un segundo de distracción, un cordón desatado, una mirada desviada, una mente ocupada o un corazón inquieto. En ese preciso momento donde todo y nada ocurre en un equilibrio tan perfecto e indetectable, es donde uno cae. De un momento al otro, la calma se quiebra y se rompe en mil pedazos.
Quizá la caída no sea más fuerte ni más inesperada ni más indeseada, pero ésta vez no es la primera vez. Se cae nuevamente sobre los mismos pies.
Ésta vez renacen heridas a medio cerrar y penas pasadas. Se remueve el pasado y salen a la luz esos asuntos no concluídos. Ahora el peso es doble.
Y mientras uno cae no sabe que es peor: ese estado aletargado mientras todo se congela y uno sólo ve su figura detenida en el vacío propensa, solitaria y débil, o el golpe conciso, directo y final que te advierte que sí, que ya tocaste fondo.
Y nuevamente uno abre los ojos en ese lugar que desprecia, que ya conoce, en esa oscuridad que tanto le aterra. “Bienvenido nuevamente al pozo” parece que susurran las paredes.
Sabemos el miedo que genera lo desconocido, lo que no sabemos, lo que no podemos controlar pero más miedo nos provoca aquello que afirmamos, eso a lo que ya no podemos otorgarle el beneficio de la duda. Lo que indudablemente es así y sabemos que pasará. Eso que sólo nos queda esperar que ocurra.
Pero no hay que alarmarse, se puede caer dos veces en el mismo pozo pero cuando ya tocamos fondo... no se puede caer más bajo
Pero el problema no es salir del pozo, el problema es la caída, es el impacto.
Para caer en un pozo sólo hace falta un segundo de distracción, un cordón desatado, una mirada desviada, una mente ocupada o un corazón inquieto. En ese preciso momento donde todo y nada ocurre en un equilibrio tan perfecto e indetectable, es donde uno cae. De un momento al otro, la calma se quiebra y se rompe en mil pedazos.
Quizá la caída no sea más fuerte ni más inesperada ni más indeseada, pero ésta vez no es la primera vez. Se cae nuevamente sobre los mismos pies.
Ésta vez renacen heridas a medio cerrar y penas pasadas. Se remueve el pasado y salen a la luz esos asuntos no concluídos. Ahora el peso es doble.
Y mientras uno cae no sabe que es peor: ese estado aletargado mientras todo se congela y uno sólo ve su figura detenida en el vacío propensa, solitaria y débil, o el golpe conciso, directo y final que te advierte que sí, que ya tocaste fondo.
Y nuevamente uno abre los ojos en ese lugar que desprecia, que ya conoce, en esa oscuridad que tanto le aterra. “Bienvenido nuevamente al pozo” parece que susurran las paredes.
Sabemos el miedo que genera lo desconocido, lo que no sabemos, lo que no podemos controlar pero más miedo nos provoca aquello que afirmamos, eso a lo que ya no podemos otorgarle el beneficio de la duda. Lo que indudablemente es así y sabemos que pasará. Eso que sólo nos queda esperar que ocurra.
Pero no hay que alarmarse, se puede caer dos veces en el mismo pozo pero cuando ya tocamos fondo... no se puede caer más bajo
miércoles, 2 de febrero de 2011
sábado, 29 de enero de 2011
jueves, 27 de enero de 2011
miércoles, 26 de enero de 2011
lunes, 24 de enero de 2011
Y finalmente tampoco se trata en absoluto de ese máximo, sino de una lejana pero aceptable aproximación; no es necesario volar hasta el centro del sol, pero sí arrastrarse hasta algún lugar de la tierra, pequeño y limpio, donde a veces brille el sol y uno pueda calentarse un poco.
Carta al padre, Franz Kafka
Carta al padre, Franz Kafka
domingo, 23 de enero de 2011
martes, 18 de enero de 2011
lunes, 17 de enero de 2011
viernes, 14 de enero de 2011
miércoles, 12 de enero de 2011
«Llena tus ojos de ilusión
-decía-. Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Ve al
mundo. Es más fantástico que, cualquier sueño real o imaginario. No pidas
garantías, no pidas seguridad. Nunca ha existido algo así. Y, si existiera,
estaría emparentado con el gran perezoso que cuelga boca abajo de un árbol, y
todos y cada uno de los días, empleando la vida en dormir. Al diablo con
esto -dijo-, sacude el árbol y haz que
el gran perezoso caiga»
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
lunes, 10 de enero de 2011
"Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un
libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un
jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu
alma tenga algún sitio a donde ir cuando tú mueras, y cuando la gente mire ese
árbol, o esa flor, que tú plantaste, tú estarás allí. «No importa lo que hagas -decía-,
en tanto que cambies algo respecto a cómo era antes de tocarlo, convirtiéndolo
en algo que sea como tú después de que separes de ellos tus manos. La
diferencia entre el hombre que se limita a cortar el césped y un auténtico
jardinero está en el tacto. El cortador de césped igual podría no haber estado
allí, el jardinero estará allí para siempre.»"
Fahrenheit 451, Ray Bradbury
Suscribirse a:
Entradas (Atom)