domingo, 28 de noviembre de 2010
sábado, 27 de noviembre de 2010
Algunos me duelen y otros no,
otros me quieren todavía.
Algunos me quieren y me odian a la vez,
algunos me partieron en tres y sigo buscando algún pedazo.
Alguno se comió mi corazón,
alguna vez te quise demasiado,
la verdad es que sigo colgado del que me colgó la última vez...
Hay encuentros que nunca quise olvidar
y no dejo de esperar el nuestro, partiéndome.
Alguna vez pedí perdón mil veces, pero tengo mil más
y respiro sin mirarte en el aire.
Mirarte en el aire es mi mayor problema,
partirme en pedazos rotos de espejos, y estás muy lejos.
Dicen los más viejos del bar: "primero hay que aprender a olvidar",
no sé si habrás podido por los dos, porque yo...
otros me quieren todavía.
Algunos me quieren y me odian a la vez,
algunos me partieron en tres y sigo buscando algún pedazo.
Alguno se comió mi corazón,
alguna vez te quise demasiado,
la verdad es que sigo colgado del que me colgó la última vez...
Hay encuentros que nunca quise olvidar
y no dejo de esperar el nuestro, partiéndome.
Alguna vez pedí perdón mil veces, pero tengo mil más
y respiro sin mirarte en el aire.
Mirarte en el aire es mi mayor problema,
partirme en pedazos rotos de espejos, y estás muy lejos.
Dicen los más viejos del bar: "primero hay que aprender a olvidar",
no sé si habrás podido por los dos, porque yo...
jueves, 25 de noviembre de 2010
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj
Piensa en esto: cuando te regalan un reloj te regalan
un pequeño infierno florido, una cadena de rosas, un calabozo de aire.
No te dan solamente un reloj, que los cumplas muy felices, y esperamos
que te dure porque es de buena marca, suizo con ancora de rubíes; no te
regalan solamente ese menudo picapedrero que te ataras a la muñeca y
pasearas contigo. Te regalan -no lo saben, lo terrible es que no lo
saben-, te regalan un nuevo pedazo fragil y precario de tí mismo, algo
que es tuyo, pero no es tu cuerpo, que hay que atar a tu cuerpo con su
correa como un bracito desesperado colgandose de tu muñeca. Te regalan
la necesidad de darle cuerda para que siga siendo un reloj; te regalan
la obsesión de a atender a la hora exacta en las vitrinas de las
joyerías, en el anuncio por la radio, en el servicio telefónico. Te
regalan el miedo de perderlo, de que te lo roben, de que se caiga al
suelo y se rompa. Te regalan su marca, y la seguridad de que es una
marca mejor que las otras, te regalan la tendencia a comparar tu reloj
con los demas relojes. No te regalan un reloj, tu eres el regalado, a
tí te ofrecen para el cumpleaños del reloj.
Julio Cortazar
Julio Cortazar
martes, 23 de noviembre de 2010
viernes, 19 de noviembre de 2010
miércoles, 17 de noviembre de 2010
domingo, 14 de noviembre de 2010
viernes, 12 de noviembre de 2010
jueves, 11 de noviembre de 2010
martes, 9 de noviembre de 2010
La religión como tal, es algo complicado... no sabría decir hasta que punto nos ha otorgado algo y hasta cual nos ha quitado todo.
La religión sólo es otro factor más de desidentificación que poseemos. No nos alcanza con tener distinto color de piel, estatura, ojos o peso.
No, tenemos que también diferenciarnos por nuestras ideologías políticas, por nuestras ambiciones sociales y por nuestro status económico.
Y así es como la fé ha movilizado civilizaciones enteras, a encabezado revoluciones y ha roto cadenas, pero sin olvidarse del excesivo costo que hemos tenido que pagar.
A lo largo de la historia millones de genocidios de distintos grupos religiosos (politeístas, monoteístas, católicos, judíos, musulmanes), raciales y culturales se han cometido bajo el nombre de uno o varios Dioses. Con la excusa de un mensaje divino, de un ser superior que todo controla, de una profecía o mandato a cumplir, se han asesinado y torturado miles y miles de hombres.
Pero yo digo... ¿para eso sirve la religión? ¿Es una lucha por conservar un grupo homogéneo que cree en una sola verdad? ¿Es el deseo de un Dios qué todo lo ve, qué todo lo controla? ¿Acaso no somos diferentes por alguna razón?
La intolerencia y nuestra incapacidad de aceptación han logrado que toda diferencia, sea causa de una nueva y sangrienta lucha
La religión sólo es otro factor más de desidentificación que poseemos. No nos alcanza con tener distinto color de piel, estatura, ojos o peso.
No, tenemos que también diferenciarnos por nuestras ideologías políticas, por nuestras ambiciones sociales y por nuestro status económico.
Y así es como la fé ha movilizado civilizaciones enteras, a encabezado revoluciones y ha roto cadenas, pero sin olvidarse del excesivo costo que hemos tenido que pagar.
A lo largo de la historia millones de genocidios de distintos grupos religiosos (politeístas, monoteístas, católicos, judíos, musulmanes), raciales y culturales se han cometido bajo el nombre de uno o varios Dioses. Con la excusa de un mensaje divino, de un ser superior que todo controla, de una profecía o mandato a cumplir, se han asesinado y torturado miles y miles de hombres.
Pero yo digo... ¿para eso sirve la religión? ¿Es una lucha por conservar un grupo homogéneo que cree en una sola verdad? ¿Es el deseo de un Dios qué todo lo ve, qué todo lo controla? ¿Acaso no somos diferentes por alguna razón?
La intolerencia y nuestra incapacidad de aceptación han logrado que toda diferencia, sea causa de una nueva y sangrienta lucha
domingo, 7 de noviembre de 2010
viernes, 5 de noviembre de 2010
jueves, 4 de noviembre de 2010
lunes, 1 de noviembre de 2010
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