martes, 9 de noviembre de 2010

La religión como tal, es algo complicado... no sabría decir hasta que punto nos ha otorgado algo y hasta cual nos ha quitado todo.
La religión sólo es otro factor más de desidentificación que poseemos. No nos alcanza con tener distinto color de piel, estatura, ojos o peso.
No, tenemos que también diferenciarnos por nuestras ideologías políticas, por nuestras ambiciones sociales y por nuestro status económico.
Y así es como la fé ha movilizado civilizaciones enteras, a encabezado revoluciones y ha roto cadenas, pero sin olvidarse del excesivo costo que hemos tenido que pagar.
A lo largo de la historia millones de genocidios de distintos grupos religiosos (politeístas, monoteístas, católicos, judíos, musulmanes), raciales y culturales se han cometido bajo el nombre de uno o varios Dioses. Con la excusa de un mensaje divino, de un ser superior que todo controla, de una profecía o mandato a cumplir, se han asesinado y torturado miles y miles de hombres.
Pero yo digo... ¿para eso sirve la religión? ¿Es una lucha por conservar un grupo homogéneo que cree en una sola verdad? ¿Es el deseo de un Dios qué todo lo ve, qué todo lo controla? ¿Acaso no somos diferentes por alguna razón?
La intolerencia y nuestra incapacidad de aceptación han logrado que toda diferencia, sea causa de una nueva y sangrienta lucha

No hay comentarios:

Publicar un comentario