domingo, 30 de mayo de 2010

Sentado en el mismo café, en la misma mesa y en la misma silla como todos los días desde hace tres años, soñás. Te imaginás tu mundo, tu vida perfecta. Años atrás soñabas conmigo. Soñabas con vernos juntos pero la vida y los años pasaron, y hoy nada es igual. Para bien o para mal, así son las cosas y por supuesto, por algo pasan. Pero hoy, soñás con otra persona, ¿por qué será? Quizás las cosas no fueron como las esperábamos, quizás yo no fui lo que esperabas. Quizás no nos dimos tiempo o no estábamos listos. Hoy cuando entrás a ese café, dejás tu bolso en una silla y el abrigo en el respaldo, te sentás y esperás..... esperás que gentilmente un mozo se acerque y te diga: Señor, ¿qué quiere tomar? o quizás esperás que la vida borre aquellos sentimientos que quedaron grabados. Aquellos rastros que algunos días te despiertan confusión, miedo, duda.... ¿qué hacer con ellos? ¿dónde guardarlos para que no salgan a la luz? Es en ese momento donde no podés huír de lo que sentís, te encontrás sin salida. Esos minutos que esperás a que traigan tu café, esos minutos bastan para que tu cabeza y tu corazón te jueguen una mala pasada, bastan para que reaparezcan esas ideas que día a día querés ocultar. Y yo sigo preguntándome, ¿por qué? ¿por orgullo, rencor, miedo? El pasado es así, no podés ir sobre tus huellas y borrarlas. Tenés que entender que tu presente, es consecuencia de tu pasado. Y como siempre, la historia revive dentro de un café......

martes, 25 de mayo de 2010

Con la libertad, las flores, los libros y el sol, ¿quién no sería perfectamente feliz?
Hay una palabra que te define de pies a cabeza: TARADO

lunes, 24 de mayo de 2010

¿Qué es lo que hace que caiga siempre en el mismo lodo?

domingo, 16 de mayo de 2010

Con el tiempo quizás te des cuenta de que es cierto lo que digo: un clavo no saca a otro

domingo, 9 de mayo de 2010

Mis ideas y sentimientos se subieron a un velero. Van y vienen según el viento. Me gustaría de una buena vez anclarlas, dejarlas en un lugar fijo pero lamentablemente te la rebuscás para que eso no pase.
Entre la marea y el viento, entre las grandes olas y tormentas sos lo único que tengo, sos mi brújula. Mi brújula rota que no marca el Norte ni el Sur.
Un día el Norte queda hacia la costa.... pero otro, el Norte se encuentra en lo más profundo de la tormenta.
Entonces, ¿cómo haré para arribar si no sé llegar a la costa? ¿Cómo haré para alejarme del puerto sí no sé hacia donde voy? Sólo me queda navegar.... ir a la deriva. Ver a hacia donde me llevan las olas o quizás seguir a mi brújula. Ir y venir a su antojo. Sino, podría jugar con el destino y seguir una dirección. Sin guiarme por mi brújula y superando todos los obstáculos, seguir un camino.... Lamentablemente, el velero perdió los remos.

viernes, 7 de mayo de 2010

¿Crees que unos lindos zapatos harán más linda la caminata?......

miércoles, 5 de mayo de 2010

3 años