No me mientas,

no me digas la verdad,

no te quedes callado,

no levantes la voz,

ni me pidas... perdón

Una historia

Y una noche, sin razón alguna, te llevaron.
Dispusieron de vos.
Te cambiaron de pies a cabeza, eso sí, manteniendo tu forma externa.
Cada recuerdo que tenías, pareció ser borrado.
Jugaron con tu mente.
La llenaron de recuerdos, de ideas, a su antojo.

Cinco llamadas, doscientos mensajes y nada.
Miedo, tristeza y preocupación.
Horas y horas pasaron.
Las horas se hicieron días y los días, meses.
Pasó el tiempo y llegué a no saber nada de vos.
Intenté de vuelta, pero no había señales tuyas.

Y un día, sin razón alguna, te devolvieron.
Después de tanto tiempo, nos rencontramos.
"Cuanto me alegro de verte de vuelta", te dije.
Pero me hablaste raro, tus ojos me miraban feo.
No parecías vos.
No eras vos.

Te pregunté donde habías estado y no supiste responderme.
Cada paso que me acercaba, vos te alejabas.
Cada pregunta que hacía, vos la esquivabas.
Decidí dejarte descansar, seguramente estabas confundido.
O quizás distinto, o quizás distante.
No sabía que, pero algo te pasaba.

Cuanto más pasaba el tiempo, la distancia crecía.
Desde aquella noche que te fuiste, nada volvió a ser igual.
Ya no sentía lo mismo, ni vos lo sentías.
Ya no hablábamos, ya no nos escuchábamos.
Ni siquiera te reconocía al mirarte a los ojos.
¿Qué había pasado?

Te miraba y eras exactamente igual a como te habías ido.
Quizás unos centímetros más alto.
Pero eras muy distinto a como te recordaba.
La alegría y la sencillez, las habías perdido.
La soberbia y la arrogancia ya eran parte de vos.
Realmente, eso no me agradaba.

Y un día, una tarde, dejé de buscarte.
Dejé de intentar encontrarte.
Dejé de ilusionarme.
No eras vos y no ibas a volver a serlo.
Me dí por vencida.
Por primera vez, tuve que ver la realidad.

Ahora, no sé que busco.
Sé que todo lo que te quitaron, jamás te lo van a devolver.
Sólo espero que estés bien, yo estoy bien.
Ojalá me recuerdes como yo a vos.
Un hermoso recuerdo, ¿no?
Chau, nos vemos pronto.